La Pandemia Emocional y su relación con París

La Pandemia Emocional y su relación con París

Por: Pilar Sánchez- Internacionalista y PEP Profesional XXII @SoyPilarElena  

En el año 2020, un virus vino desde lejos para generar una pandemia que nos tiene luchando como humanidad en un esfuerzo sin precedentes. Todos sabemos eso, pero no se qué tan consciente somos en qué paralelo estamos luchando contra algo llamado la Pandemia Emocional.

Hemos atravesado diferentes fases, desde el shock inicial, la incertidumbre de no saber hacia adonde va todo, el estrés, el miedo de enfermar y el duelo ante diversas pérdidas. El torrente emocional no se detiene y cada quien, a su manera, ha tenido que asumirlo y generar estrategias de supervivencia. Desde procrastinar, evadir la realidad y ensimismarse han sido reacciones emocionales muy normales en los meses que llevamos confinados. Es por estas razones, que en el presente artículo voy a hablar acerca de qué significa visitar “París” y qué relación tiene con la Pandemia.

Aunque algunos pensarán, que vengo hablarles de algún paseo; pero no, se trata de música. En el año 2017, el grupo de DJs y productores The Chainsmokers lanzaron su sencillo “Paris”. La canción define a “París”, como un estado mental lleno de añoranza por una realidad que no es genuina: una ensoñación. Estuvo de moda hace algunos años, pero yo aún la escucho para recordar una época de mi vida en la que no quería pensar en nada, no quería sentir nada. Siendo sincera, en ese momento específico, evitaba asumir la responsabilidad de asumir mi vida.

Todo esto me lleva a reflexionar, acerca  de cómo hemos tenido que lidiar con todo lo que vivimos actualmente, luego del cambio abrupto que hubo, donde muchos dejaron de ir a trabajar para empezar a pasar 24 horas en casa, los niños con su telecolegio, cerrar negocios, y lo más grave aún, empezar a darnos cuenta que los números de las noticias eran caras conocidas.

Nos hemos tenido que adaptar a una Nueva Normalidad que nos impone nuevas costumbres como utilizar tapabocas, mantener el distanciamiento social, lavarnos más veces las manos. Y hemos empezado a extrañar las cosas sencillas como abrazar a los seres queridos, tomarnos un café en un lugar público o el camino a casa después de un día de trabajo. Debo reconocer, que en lo personal me he atrevido a hacer algunas cosas nuevas y me he divertido: desde nuevas receta, cortarme el cabello, rutina de ejercicios en casa o fiestas en línea. Pero jamás me acostumbraré a no abrazar a mis amigos y al exceso de virtualidad. En lo personal, he pasado por todas las etapas, desde dormir mucho a no dormir, ansiedad, tristeza, en fin todo un carrusel de emociones.

Esto me lleva a concluir, que todos nos estamos transformando y con el tiempo cada quien tendrá sus propias moralejas, sin embargo debemos ser cuidadosos de mantenernos en nuestro tiempo presente, ya que evadir la realidad siempre resulta más cómodo que afrontar el dolor. Pero, por extraño que parezca, el dolor nos hace crecer y por eso hay que asumirlo con valentía.

Como ciudadanos confiables del PEP, hemos aprendido a colocar a la veracidad, solidaridad y laboriosidad, como valores cardinales en nuestras vidas. Con la veracidad entendemos la importancia de analizar que sucede en nuestro interior. Si somos fieles a nosotros mismos será más fácil entender, que no estar presente en nuestras propias vidas es un peligro. Con la solidaridad podemos ser un faro en la vida de nuestro prójimo, ya que muchos nos podemos enfrentar a momentos difíciles y una mano amiga es lo que necesitamos. Y con la laboriosidad, podremos tener la fuerza de reconstruir con creatividad el nuevo panorama.

Después de todo este análisis, es necesario pensar qué tan frecuente visitamos “París” y qué tanto permanecemos en nuestra vida real.XXII

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